Una calma extraña como la que sique a la tormenta o incluso la que precede al huracán. Desde el 19 de junio y hasta el pasado domingo, cerca de 300 niños, que han asistido a nuestros campamentos hípico-lingüísticos, cual alegres torbellinos venidos de los cinco continentes, han convertido el centro en un hervidero de actividades, físicas y mentales, de risas y trabajo, con el caballo como tema central.