Demasiadas fotos bonitas para recordar tantos momentos de felicidad, complicidad y comunión. Pero las mejores imágenes son las que llevan grabadas nuestros jinetes y amazonas en la retina y en el corazón. Aquí está el link a todos esos recuerdos de la sexta semana de los campamentos hípico-lingüisticos:
Las semanas llegan y terminan al ritmo frenético de las actividades de nuestro campamento hípico. En medio de todo ello quedó sepultado este bonito álbum de la última competición de reining que celebramos en Pirineo Ecuestre, en la que nuestros cowboys preferidos hicieron el excelente papel al que nos tienen acostumbrados. Estas son las fotos de la 4 prueba de la Copa Federaciones de Reining de 1915, cuya final se disputó recientemente en Cataluña.
En un santiamén, con cuatro bolsas de plástico, colorines y el talento de nuestro director Javier Ford Coppola, filmamos la película WEST LOVE STORY, en los breves ratos de ocio que robamos a la atención a los caballos.
Se trata del remake de una obra de teatro que ya presentamos en Pirineo Ecuestre hace años, cuando todas estas amazonas y jinetes eran mucho más jóvenes y que alcanzar los estribos era toda una proeza. La dramaturga, Imma D. Mamet, de Samuelto Productions se ha prestado a la reescritura de este guión libre, muy libre, libérrimo.
El pase privado en la sala de proyecciones de Pirineo Ecuestre, con todo el elenco y un selecto grupo de invitados VIP, fue todo un éxito. Que lo disfrutéis de nuevo chic@s.
El musical está también ya casi listo!!!
Y , parodiando al Gran Wyoming, el año que viene…más, pero no mejor porque es imposible!!!
Las despedidas son siempre emotivas. Y más cuando las promesas de volver a reencontrarse aquí, en este rincón del Pirineo aragonés, tendrán que esperar al menos casi un año.
Besos de bienvenida, lagrimas de despedida, las semanas se suceden; unos van y otros vienen, desde lejanos países como Guayana Francesa, allá en la costa norte de América del Sur, o China, o Estados Unidos…
Vivimos en una especia de mundo paralelo, sin horario, salvo el fijado por la atención a los caballos, su hora de comer, de trabajar, las horas de clase…
No sólo aprendemos a montar sino sobretodo aprendemos el lenguaje del caballo, profundizamos en su conocimiento. Aprendemos a pedirles las cosas, por favor, a suavizar la mano, a que la rienda sea una prolongación de nuestro brazo amigo, de nuestro cerebro.
Este amigo del hombre, tan mal conocido y vapuleado, ha sido nuestro gran aliado en el desarrollo de nuestra sociedad. Nos ha ayudado a acarrear agua, a levantar casas, a labrar los campos..hasta nos ha acompañado en la guerra. Y ahora que ya no lo necesitamos, lo buscamos para darnos un último servicio, llenar nuestro espacio de ocio, divertirnos, conquistar medallas y premios…y también reencontrarnos.
Creo que se merecen que aprendamos bien su idioma, para que nuestra comunicación sea un intercambio de deseos, no ordenes autoritarias puntuadas a golpe de fustazos.
Y en ese aprendizaje empleamos gran parte de nuestros días, en un mundo paralelo y mágico, ajeno a las noticias y desventuras que no llegan hasta aquí porque no hay televisión ni radio y tan sólo los dos ratitos diarios autorizados para conectarse al móvil -cómo no!- nos devuelven a ese otro mundo ruidoso y ajeno.
Este es el link a las fotos de las primeras semanas.